Ambos dicen que su colección no ha sido pensada con una línea conceptual particular, que lo que más los mueve es el deseo de vivir bien y rodeados de belleza. Al conversar con ellos, se puede intuir que hay un interés por obras que los ayuden a conectar con cuestionamientos psicológicos profundos, que los mueve mucho el poder dialogar con el inconsciente a través del arte y esto hace que las obras que han reunido sean muy inquietantes.
Su gusto por el buen vivir lo relacionan con el origen italiano de Dante: nos cuenta que en su experiencia, el querer estar rodeado de cosas bellas es algo que se ve no solo en la élite italiana sino que en los pueblos más pequeños y remotos donde se encuentran obras de arte y se percibe un gusto por la estética.
Sí bien en su colección aparecen grandes nombres como Roberto Matta, Mario Carreño, Sammy Benmayor, Benjamín Lira y Gonzalo Cienfuegos, para Dante y Mónica lo más importante es que las obras les transmitan algo y los muevan cada vez que las vean. También, es muy importante para ellos que las obras puedan convivir con los demás objetos que han ido coleccionando, entre los que destacan una serie de jarrones muy llamativos e iconografía religiosa que los ayudan a crear una atmósfera de hogar.
Los visitamos en su casa una tarde de verano donde pudimos conversar sobre arte y conocer sus otras pasiones: la fotografía y la cocina para Dante y la arquitectura y la moda para Mónica. Te compartimos un poco de lo que fue nuestra conversación con esta entretenida pareja:
Dante: Empezamos a coleccionar juntos. Imagínate, cuando nos casamos, Mónica tenía 19 años y yo 20. Nos impulsó el gusto por la belleza que da el arte y las ganas del buen vivir. Yo creo que las casas reflejan mucho lo que son las personas y la relación entre ellas. Cuando entras a una casa te das cuenta de cómo son las relaciones entre las personas que viven ahí, si hay armonía, ver el equilibrio entre lo femenino y lo masculino… Desde un principio con Mónica fomentamos el comprar arte y vivir con muebles de distintas épocas, con objetos de diseño. Ha sido un trabajo de colección de cosas que nos gustan.
Mónica: Claro, no hacemos coleccionismo por inversión. La idea es quedarnos con las obras y objetos para encontrarles un lugar dentro de nuestra casa y poder vivir con ellos. Me daría pena comprar algo que me guste y guardarlo.
Dante: La primera obra que me marcó, por la que sentí algo especial, es Villa Roma de Gonzalo Cienfuegos. Me identifiqué mucho con el relato de la obra. Yo me veo ahí con mis tres mujeres. Se supone que un hombre idealmente debe tener tres mujeres: una amante, una amiga y una señora. Y la gracia es que esas tres mujeres sean la misma. Efectivamente una de las gracias de las relaciones de pareja es que tu pareja cumpla esos tres roles. Están las tres personalidades de Mónica. Me encantó el relato y además la forma de Cienfuegos de retratar esto con una puesta en escena, me cautivó.
Mónica: En mi caso, la primera obra que me maravilló no está acá porque es un mural que hizo Patricia Ossa en la antigua casa que tuvimos. En la entrada había un muro gigante que abarcaba dos pisos. Yo estuve con ella mientras iba creando el mural, y verla trabajando durante dos o tres meses para crear la obra fue increíble. El mural era un paisaje que reunía elementos medievales, medio inspirado en la Toscana, con unos tonos amarillos y naranjos, me encantó. En un costado pintó a dos personajes en primer plano, completos, casi que de tamaño natural y dijo que éramos nosotros.
Dante: Comenzamos a comprar a principios de los noventas, cuando teníamos 30 años. Nos interesaba mucho apoyar y conocer la pintura que se estaba haciendo en Chile en esa época. La primera obra que compramos la sacamos. Era de Eduardo Ossandón, un pintor tradicional chileno.
Mónica: Pintaba naturalezas muertas que era lo que se usaba en la época. Pero en la medida en que uno va conociendo más artistas y se va afinando el ojo te vas dando cuenta de que hay otras miradas que te dicen más.
Dante: la compra más reciente es esta obra que compramos en Bogotá, en ARTBO.
Mónica: Aún tenemos que colgarla. La compramos en la Galería Otros 360, y es parte de la serie “Lo que no fue dicho” de la artista Anamaría Gutiérrez de Piñeres.
Dante: Me encantó porque la obra se llama Sobrevivir, coincide con un proceso interno en el que estoy yo. Dejé mi cargo ejecutivo y mis funciones gremiales, y me quedó un espacio de tiempo que me llevó a volver a la fotografía, una pasión que había tenido en mi juventud pero la dejé de lado cuando estaba enfocado en desarrollar unas habilidades un poco duras, la sociedad te forja a desempeñarte en un mundo de crecimiento económico y en eso uno deja parte de su personalidad y su ser. Después te quedan espacios en tu ser que están un poco enterrados, olvidados y te entra la duda ¿Quién soy yo? ¿Dónde está mi parte conectada con los sentimientos? Y Anamaría sufrió un proceso traumático en su vida y comenzó con un proceso psicológico, una serie de regresiones familiares, para encontrar esos vacíos y desarmar esos nudos. En este proceso iba registrando algunas frases en una libreta, explorando su inconsciente. Esta libreta le hizo un proceso y usó las hojas para convertirlas en cerámica. Me sentí muy identificado con su proceso.
Mónica: Es algo que yo creo que a todos nos pasa. Tenemos cosas en el inconsciente que a veces bloqueamos, más o menos traumáticas, pero todos tenemos algo. Uno se analiza un poquito y empieza a conectar. Esta obra creo que aparte de bonita, es súper potente. Y eso hizo que nos interesáramos mucho.
Dante: una cosa es quienes somos, otra lo que nos hacen ser, otra lo que nos piden ser y otra cosa es lo que queremos ser. Al final es un temazo, buscar esa persona que tenemos enterrada.
Dante: A nosotros nos gusta conocer a los artistas. La narrativa detrás de la obra es sumamente importante, eso es lo que más nos ha gustado de Antenna: poder conocer un poquito más a fondo al artista, ir a los talleres. Te termina de hacer más sentido la obra, no solo en el contexto histórico en que se hace sino que también un poco cual es el mensaje del artista.
Mónica: Es muy valioso poder conocer la subjetividad de los artistas en las sesiones Antenna.
Mónica: Hemos estado en Lima y Bogotá con la Fundación Antenna. Ambas ferias me impresionaron porque hay mucho que ver. Cuando hemos viajado a ferias de arte me encanta que se puede aprender mucho, pero es súper importante ir con guía para que te expliquen el contexto y poder conocer lo que hay detrás de las obras. Hemos ido a Buenos Aires, a ArteBa, y a Ch.ACO aquí en Santiago solos, pero no es lo mismo que ir con Antenna. Las conversaciones con los otros socios, las guías y explicaciones de Antenna, hacen que las ferias se disfruten de otra manera.